| ¿Los        biocombustibles pueden ser el nuevo petróleo? | 
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 Una segunda generación de biocombustibles,                    basados en cosechas no alimenticias podría ser una mejor                    opción, pero sólo como parte de una estrategia más amplia                    abocada a reducir el empleo de energía en el transporte. Por                    otra parte deberían tenerse en cuenta una leyes que regulen el                    empleo de la tierra para evitar el daño ambiental.
 
 El                    principal problema de los combustibles verdes es que las                    estrategias políticas los favorecieron pero éstas carecen de                    una dirección a largo plazo. Por este motivo, la inversión en                    el sector es aventurada.
 
 Existe una enorme                    incertidumbre sobre la intención de los gobiernos, opinó                    Pierpaolo Cazzola, analista en la Agencia Internacional de                    Energía Internacional (IEA). Todo el tema de los                    biocombustibles tiene un alto grado de incertidumbre en cuanto                    a la política, las barreras comerciales, las subvenciones                    agrícolas y la política energética.
 
 Las                    preocupaciones sobre las políticas en cuanto al cambio del                    clima, la seguridad energética y los precios del petróleo                    provocaron una carrera para producir etanol y biodiesel. Los                    gobiernos ofrecen subvenciones, rebajas impositivas y                    establecen objetivos para cantidades mínimas de                    biocombustibles que deben mezclarse con combustibles fósiles.
 
 Algunos analistas que el punto más importante no es                    tanto el medio ambiente como el intento por mantener contentos                    a los poderos grupos agrícolas que ejercen presión, en                    particular en la Unión Europea y Estados Unidos.
 
 Incertidumbre
 La Unión Europea,                    el mayor productor de biodiesel del mundo, fijó objetivos de                    uso para 2010, pero no existe claridad entre los estados                    miembro sobre cómo alcanzar la meta. Estados Unidos tienen                    objetivos estipulados hasta 2012, pero la incertidumbre reina                    sobre las políticas a largo plazo.
 
 ¿Si usted fuera                    una gran empresa cómo toma la decisión de invertir cuando no                    son claras las reglas del juego?, se pregunta Christian                    Delahouliere consultor con base en París.
 
 La necesidad                    de una política de largo alcance aumenta su importancia a                    medida que la mayor parte de los biocombustibles no pueden                    sobrevivir sin el apoyo de los gobiernos. Todavía son poco                    rentables para los países desarrollados.
 
 El etanol,                    cuya producción se duplicó entre 2000 y 2005, suministró sólo                    el 2% del consumo mundial de nafta el año pasado, según datos                    de la IEA. El biodiesel se expandió casi el cuádruple pero su                    consumo representa apenas el 0,2% mundial.
 
 Riesgo de precios
 Otro                    riesgo para los inversionistas es que el precio del petróleo                    continúe en descenso.
 
 El barril de petróleo a 78                    dólares provocó gran alboroto e interés sobre el combustible                    verde, las acciones de algunas empresas de energía limpia de                    Estados Unidos ganaron más del 150% durante este año, a pesar                    de que las firmas registran pérdidas.
 
 Pero si los                    precios del petróleo que caen debajo de 65 dólares, como pasa                    actualmente, la confianza de los inversionistas disminuye.
 
 Una depresión en el precio de los combustibles                    fósiles tendría un efecto perjudicial sobre la demanda global                    de biodiesel global, dijo el Credit Suisse en un informe                    reciente.
 
 Los proyectos para nuevas plantas se                    multiplican en todo el mundo, creando una competencia entre la                    tierra que se utilice para sembrar alimentos y la que se                    utilice para los biocombustibles. Esto podría producir un                    aumento tanto en los combustibles verdes como en la comida.
 
 Los biocombustibles podrán contribuir sólo cuando                    entre en el juego una segunda generación. La única excepción                    es Brasil, donde los biocombustibles ya desempeñan un papel                    importante, dijo Cazzola.
 
 La nueva tecnología                    probablemente tarde otros 10 o 15 años para entrar en el                    mercado. Los analistas coinciden que esto sería así sólo si                    forma parte de una estrategia mundial para reducir el consumo                    de combustible en los transportes y aplicar estrictas reglas                    ambientales.
 
 La pregunta no es si hay que invertir                    dinero, sino donde invertirlo. Yo lo haría en un país pobre                    que cultiva caña de azúcar y que tenga libre acceso a Europa,                    dijo el consultor Delahouliere.
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  Rodrigo R. González  Fernández
Director
 biocombustibles.blogspot.com
 
 
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