Energía: oferta y demanda en un empate riesgoso |
[28/05 | 18:53 ] En otros inviernos menos crudos la crisis energética argentina no se tornó tan evidente· En la provincia, la EPE depende del sistema energético nacional. |
Esta vez el invierno llegó en serio, y al alicaído sistema energético nacional se le sumaron serios problemas en generación y en transporte. Para que el equilibrio no se pierda se importa energía, se queman combustibles líquidos más caros que el gas, y se pide a las empresas más importantes que cambien sus horarios (o eventualmente difieran) sus procesos productivos electrointensivos. En Santa Fe, la Empresa Provincial de la Energía -que como toda distribuidora depende de la generación y el transporte nacionales- ha colaborado con la crisis junto a los llamados grandes clientes: al mediodía (cada vez que Cammesa adelanta una jornada crítica) los técnicos de la EPE se comunican con unas 50 industrias electrointensivas para que sus actividades productivas no coincidan con el pico del consumo hogareño (al atardecer) Factores de contexto, vinculados a la oferta y la demanda en el sistema eléctrico nacional, ponen hoy a ambos extremos del proceso de generación, transporte, distribución y consumo en una suerte de empate riesgoso. Eso es, en los términos más sencillos y menos técnicos posibles, lo que le ocurre al país. Dicho menos simpáticamente, con números tan fríos como estos últimos días, la Argentina cuenta hoy con una capacidad de generación disponible de 17.000 megavatios (MW), pero una falla técnica en equipos convencionales de la central nuclear de Atucha priva al conjunto de 360. El problema no pudo venir en peor momento: las bajas temperaturas incrementan el consumo domiciliario de electricidad (en especial en los barrios más pobres de las grandes ciudades que carecen de gas natural y no pagan la energía eléctrica), y desde hace ocho días no opera en toda su capacidad la Estación Transformadora Ezeiza: el Gran Buenos Aires, Capital Federal y el sur santafesino quedan entonces sin unos 900 megavatios de electricidad provenientes del Comahue. Entra Embalse Por otra parte, el sistema cuenta desde el fin de semana con la inyección de 650 MW provenientes de Embalse, la otra central atómica del país: tras realizarle diversas tareas de mantenimiento, el jueves pasado el ministro Julio de Vido y el gobernador cordobés José Manuel de la Sota cortaron las cintas, pero recién en las últimas horas entró en funcionamiento efectivo. Menos eficiencia con los líquidos Ante ese panorama la solución que encontró el gobierno fue la compra de energía al exterior, por aproximadamente un 7% de las necesidades argentinas. Hubo importaciones desde Uruguay (550 MW aproximadamente) y Brasil (entre 500 y 640 MW) en niveles récord. Según se afirma en empresas generadoras, la producción de electricidad con gasoil para reemplazar al gas estuvo en torno a 50%, pero irá creciendo a partir de hoy porque Cammesa consiguió más cantidad de ese producto de parte de Repsol YPF y a través de importaciones desde Venezuela. Los ciclos combinados, que son las máquinas más modernas, sólo pueden reemplazar al gas natural por gasoil, mientras las más antiguas y de mayor-costo pueden utilizar fueloil; por eso, en la última semana, se hizo más uso de los equipos de mayor antigüedad. En todos los casos, la eficiencia de los equipos declinaría entre 5% y 10% cuando no se puede utilizar gas natural. Mucho para un domingo Ayer la demanda alcanzó en el territorio santafesino un consumo de 1.288 megavatios, que si bien está alejado de las cifras récord, significó un aumento del 12,5% respecto del día anterior, según el sitio oficial de la EPE, www.epe.santafe.gov.ar. El domingo de la semana pasada -que fue menos frío- el consumo santafesino marcó 80 megavatios menos, con 1.208. Urgencias, millones y sospechas El caso Skanska ha proyectado sospechas sobre el procedimiento de millonarios contratos administrados desde el Ministerio de Planificación Federal. Un fondo privado, por obras adjudicadas con gestión estatal a otro privado, con sobreprecios, ha puesto en vilo al gobierno por un esquema que se repite. Dos centrales termoeléctricas de ciclo combinado -1.648 MW de potencia- son la gran respuesta del gobierno nacional a la crisis. Pero en el proceso de licitación siempre se habló de un costo de 800 millones de dólares, y la adjudicación fue, finalmente, a Siemens por unos 1.120 millones, con sobreprecios "justificados en la urgencia" del sistema; la única diferencia entre los pliegos y la oferta fueron los plazos de entrega. El gobierno nacional debía plata a las empresas energéticas; pero, en lugar de pagarles, formó un fondo fiduciario -el Foninvemem-, con lo que las obligó a hacer las inversiones que en los 90 eludieron. Ese recurso "privado" es en parte la financiación de las dos centrales, que licitó y adjudicó el gobierno nacional a través de la cartera de Julio de Vido y del secretario de Energía, Daniel Cameron. Las centrales fueron adjudicadas a Siemens, asociada con la cordobesa Electroingeniería. El gobierno aprobó con sobreofertas los costos de 540 millones de dólares por la central General Belgrano, que se construye en Campana, y de 580 millones para la General San Martín, en Timbúes. En enero, De Vido y Cameron visitaron en Alemania la planta de Siemens, donde se construyen las turbinas. La primera de las cuatro debería llegar al país el 5 de julio, según anunció el ministro en aquella ocasión; las otras irían llegando cada 30 días. "En mayo de 2008, el Sistema Interconectado Nacional de electricidad contará con un aporte de 1.100 megavatios", dijo De Vido en Bonn. En una segunda etapa, las usinas serán completadas con turbinas de vapor para tener toda la capacidad disponible en el año 2009. El contrato con Siemens, que se adjudicó la licitación en octubre del año pasado, comprende la construcción llave en mano y el mantenimiento de las dos plantas energéticas y las respectivas turbinas (800 MV cada una) durante 15 años. El monto total es de unos u$s 1.100 millones. El costo total de las obras se devolverá con los "cargos de infraestructura" que, por ahora, figuran en las facturas de los industriales, pero que se extenderán a todos los usuarios -presumiblemente- tras las elecciones. Es decir que, más allá del Foninvemem, los argentinos son quienes pagan las obras. Importan 7 % Desde que se agravó la crisis energética, la Argentina importa energía eléctrica desde Brasil y Uruguay. Del coloso sudamericano, entre 500 y 640 megavatios, mediante la interconexión de Yacyretá. Y del hermano oriental, otros 550 megavatios de la producción de la represa binacional de Salto Grande que los charrúas no ocupan, así como de su generación térmica (provista de gas argentino). También se ocupa más gasoil (en lugar del económico gas) para producir energía, dentro del país. Alrededor del 50 % de las máquinas ya cambió al combustible líquido, lo que implica riesgos en la maniobra de sustitución. http://santafe.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=147463&ID_Seccion=51 |
|| Fuente: 28 de mayo de 2007 (El Litoral- MR) |
Saludos
rodrigo gonzalez fernandez
consultajuridicachile.blogspot.com
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Santiago Chile
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