Noticia publicada el 22-02-2008
LD (Manuel Llamas) El pasado mes de noviembre tuvo lugar en Valencia la 27 sesión plenaria del Grupo Intergubernamental de expertos en Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) de la ONU. Los expertos que conforman el citado Panel, referente mundial en la lucha contra el denominado cambio climático, acordaron entonces el llamado Cuarto Informe de Evaluación (AR4), que sirvió de base para alcanzar posteriormente un principio de acuerdo a nivel global contra el calentamiento que sufre el planeta en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático celebrado en Bali el pasado 15 de diciembre.
Tal reunión dio origen a una hoja de ruta para lograr un consenso en 2010 sobre la era post-Kioto, ya que el citado Protocolo internacional caduca en 2012. Este documento, aprobado en Valencia, concluye que existen evidencias científicas sobre el origen antropogénico del cambio climático que tanto alarma a los políticos y a la sociedad en general. Así, el AR4 afirma que la actividad humana está provocando un aumento de la temperaturas y que son necesarios recortes drásticos en las emisiones de los gases contaminantes del efecto invernadero para evitar drásticas olas de calor, inmensas pérdidas de hielo en los polos, así como devastadores aumentos del nivel del mar.
Pero, ¿en qué grado?. Es decir, ¿hasta qué punto hay certeza científica al respecto? El IPCC es rotundo al respecto: "La mayor parte del aumento medio de temperaturas registrado en el planeta desde mediados del siglo XX es debido muy probablemente al aumento observado de gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana". Es decir, que la probabilidad de que tal afirmación sea verídica supera el 90 por ciento. O, lo que es lo mismo, que la posibilidad de que los pronósticos del IPCC sean falsos no alcanza siquiera el 10 por ciento.
La clave está en el grado de veracidad
Además, dicho documento añade que el calentamiento global es "inequívoco" y algunos de sus temidos efectos son "irreversibles": La temperatura subirá entre 1,8 y 4 grados centígrados a finales de siglo; el mar subirá entre 18 centímetros y 59 centímetros y un 20 por ciento de las especies se verán abocadas a la extinción. El último informe del IPCC no deja, pues, lugar a dudas acerca del desolador panorama climático que está causando la actividad productiva del ser humano... ¿O sí?
Con el objetivo de evaluar la "capacidad científica de predicción" de una determinada teoría, ésta ha de cumplir un determinado conjunto de reglas aceptadas internacionalmente por la comunidad científica, conocidos como "principios de predicción". Así, cuantos más de estos principios se cumplan, mayor es el poder de predicción de una teoría. Según el trabajo de Amstrong y Green acerca del grado de veracidad científica de las previsiones del IPCC, los pronósticos del 4AR se realizan basándose en sólo 89 de los 140 "principios de predicción" necesarios.
Sin embargo, lo más grave, es que de esos 89, al menos, 72 presentan violaciones o defectos más o menos severos. Es decir, que las predicciones del IPCC sobre el cambio climático apenas cumplen 17 condiciones científicamente necesarias para poder afirmar con solidez que un determinado pronóstico es fiable: el 12,1 por ciento del total de "principios de predicción" existentes (140).
Por otro lado, la relación entre los "principios" cumplidos (89) y los no cumplidos (72), muestra como resultado que tan "sólo el 19,1 por ciento de las afirmaciones que contiene el 4AR posee una auténtica validez científica".
Y ello, teniendo en cuenta que el propio IPCC estima una probabilidad de cumplimiento del 90 por ciento. Así, incluso si los científicos de la ONU elevaran la probabilidad de sus pronósticos hasta el 100 por cien, las supuestas predicciones climáticas del Panel Intergubernamental apenas alcanzarían una validez el 20,9 por ciento. Como resultado, la probabilidad de error de tales cálculos se eleva hasta el 79,1 por ciento.
Es decir, en base al trabajo de Amstrong y Green, la probabilidad de que las "muy probables" predicciones del IPCC sobre los efectos del calentamiento global por causa de la acción humana sean falsas alcanza el 79,1 por ciento".
De este modo, apenas existe un 20,9 por ciento de probabilidades estadísticas de que el IPCC lleve razón en su informe acerca del elevado grado de influencia del ser humano en el calentamiento del planeta. Y ello, desde un punto de vista estrictamente científico, en base al citado trabajo.
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