Rodrigo González Fernández
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RODRIGO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, DIRIGE ESTE BLOG, Vamos a estudiar el marco normativo de los biocombustibles en el Derecho comparado. Para lograr interés nacional e internacional habrá de crearse una normativa para promover la investigación, generación y uso de biocombustibles , evidentemente un plan de competitividad para el bio-combustible El calentamiento global es un tema para estudiar a fondo. SOLICITA NUESTRAS CHARLAS, CURSOS, CONFERENCIAS TELEF. CEL. 093934521 SANTIAGO CHILE
Cerca de 50.000 científicos de 63 países del mundo aprovechan el Año Polar Internacional para incidir en aspectos como el calentamiento global, la biodiversidad y los recursos pesqueros en los polos
El Ártico y la Antártida, los polos norte y sur de nuestro planeta, están más cercanos a nosotros de lo que habitualmente se tiende a pensar. Desde hace unos años se sabe que su influencia en el clima, lejos de ser local, es planetaria. El deshielo de grandes extensiones en los polos a causa del calentamiento global causará, según las predicciones, un significativo aumento del nivel del mar en todo el planeta. Además, las zonas polares contienen una de las mayores reservas de minerales y recursos pesqueros. De manera que cualquier fenómeno que suceda en los polos afectará a otras zonas del planeta y viceversa.
Éstas son las razones que han llevado a la comunidad internacional a conocer con detalle qué está sucediendo en los polos. Por eso, en marzo arrancó el Año Polar Internacional 2007-08, que durante doce meses mantendrá en marcha 220 proyectos de investigación, en los que ya participan cerca de 50.000 científicos de 63 países. Se trata de una iniciativa que sólo se había celebrado en tres ocasiones en 125 años (los anteriores fueron en 1882, en 1932 y en 1957) y que intenta unir los esfuerzos de numerosos países para impulsar la investigación en las zonas polares, requiriéndose para ello una enorme inversión de tiempo y dinero, del todo inasumible para un solo país. La investigación del Año Polar abordará desde el estudio de los organismos marinos que viven en la Antártida y el Ártico a la salud de los pingüinos o el estado de los recursos pesqueros. Pero también, y con un énfasis especial, el cambio climático en las dos regiones polares, que están especialmente afectadas por el calentamiento global.
Se cree que las zonas polares pueden aportar una información muy valiosa que ayudará a predecir la evolución del clima en el planeta. El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático alertaba en su último informe que el aumento del nivel del mar en este siglo podría ser superior a los 59 centímetros previstos inicialmente. La razón es que no se sabe a ciencia cierta cuánto hielo se va a deshacer de los polos. Si la sociedad debe prepararse para esta eventualidad protegiendo las infraestructuras en las ciudades costeras, es vital prever hasta dónde puede llegar ese aumento. El deshielo también tendrá consecuencias sobre los ecosistemas marinos y sobre las corrientes que influyen en el clima terrestre. ¿Cuánto hielo y cuándo se va a deshacer realmente en los polos? Ésta es, sin duda, la pregunta más acuciante que se debatirá en los proyectos del Año Polar Internacional.
Para responder a ello, se han diseñado algunos de los experimentos más sorprendentes, como las perforaciones en las zonas más profundas del hielo antártico para la extracción de muestras del hielo más antiguo, el que se formó hace unos 900.000 años. Hay investigadores que consideran que, con suerte, podrían hallar muestras de hielo de hasta un millón y medio de años de antigüedad o más. El interés de este hielo se basa en que retuvo en su interior burbujas de aire de aquel momento, de manera que los investigadores consideran que con esas burbujas y las muestras de hielo se pueden conocer centenares de miles de años después los niveles de dióxido de carbono existentes y reconstruir así la historia. De esta forma, conociendo cómo tuvieron lugar estos ciclos de deshielo en el pasado, se puede ayudar a prever mejor cómo responderán en el futuro los polos en una situación de calentamiento global.
También hay participación española: un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estudiará, en el marco de un proyecto internacional, la salud de los pingüinos en la Antártida para analizar cómo les afecta el cambio climático. Otro grupo, también del CSIC, estudiará los recursos pesqueros en el Ártico, y el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial investigará la evolución del agujero de ozono en las zonas polares, con el fin de prever su comportamiento a largo plazo. Estos son sólo una pequeña muestra de los proyectos y prioridades del Año Polar Internacional, que para la comunidad científica representa una de las mejores oportunidades de avanzar mucho en poco tiempo.
El público puede seguir las actividades del Año Polar Internacional a través de Internet. La web general http://www.ipy.org/ ofrece enlaces a numerosos documentos y recursos. A través de la web española, http://www.api-spain.es, se puede enlazar a numerosas webcams ubicadas tanto en las bases de la Antártida como del Ártico. Cabe destacar la web de la estación australiana Casey en la Antártida, que cuenta con un apartado donde se recogen los efectos del impacto humano en el polo sur. Si alguien pensaba hasta ahora que los polos seguían siendo lugares prístinos y vírgenes, tal y como se explica en la web, está lejos de la realidad. En la Antártida se acumulan en algunos lugares los barriles de fuel vacíos abandonados por los barcos, y la sobrepesca que atenaza el resto del planeta está amenazando ahora los recursos pesqueros de su océano. El turismo no se queda al margen: unos 14.000 turistas visitaron la Antártida en la temporada 1999-2000, una cifra que triplicó de lejos la de los científicos que trabajaron ese año en el continente antártico (4.000). El turismo se suele mover en grandes barcos que atracan por unas pocas horas. Pero cada vez hay más tendencia a organizar viajes en barcos más reducidos, y con estancias más largas en la línea del turismo de aventura, lo que supone más vehículos, presencia humana más continuada y un mayor impacto sobre el ecosistema y los animales salvajes. Los expertos tratan ahora de buscar la forma (ya sea mediante convenios o reglamentos) de conseguir que eso afecte lo mínimo posible al entorno natural antártico.
Las limitaciones en las emisiones de gases de efecto invernadero orientan la atención a un combustible menos contaminante, aunque con un coste de producción mayor y una todavía escasa implantación
Exposición Universal de París, año 1900. El inventor alemán Rudolf Diesel presenta el primer motor diesel de la historia, que funciona con aceite de cacahuete, como un "motor de aceite". Su creador pretende con ello potenciar la agricultura como fuente de energía. Pero el girasol, o los cacahuetes, son muy caros y el petróleo se impone.
En vehículos antiguos, antes de utilizar biodiesel, puede ser necesario cambiar algunas mangueras y piezas de goma del motor
Año 2007, más de un siglo después, en la UE se producen 35 millones de m3 de biocombustibles, entre los que se encuentra el biodiesel, obtenido a partir de plantas oleaginosas. El tiempo le ha dado la razón al señor Diesel, los aceites vegetales ya se utilizan como combustible y la etiqueta distintiva del biodiesel resulta ya visible en decenas de gasolineras, tanto en estado puro (el llamado B100, es decir, al 100%) como mezclado con gasóleo en proporciones que oscilan entre el 10% y el 20% (los llamados B10, B15 o B20), tal como permite la legislación española de carburantes.
Distintos factores hacen que cada vez sea más importante buscar fuentes de energía renovables. El calentamiento global, la subida del petróleo, protocolos como el de Kioto y el agotamiento de los combustibles fósiles están llevando a los países a fomentar las fuentes de energía renovables y a fijarse plazos para su introducción. La legislación exige que el mercado europeo de biodiesel para transporte y calefacción alcance los 10.000 millones de litros anuales en 2010. Sin embargo, y de acuerdo a los datos de la propia Unión Europea, la capacidad de producción actual es de sólo 2.400 millones de litros anuales.
En nuestro país, y de acuerdo con los datos compilados por la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), la producción de biocarburantes en España alcanzó en 2006 445.577 toneladas, de las que el 28% correspondieron a biodiesel (124.577 t). Sin embargo, las ventas de biocarburantes crecieron en 2006 a un ritmo muy inferior al de la producción, aumentando sólo un 19% respecto al año anterior, hasta llegar a las 241.849 toneladas, de las que alrededor del 21 % era biodiesel (62.909 t). En términos energéticos, las ventas nacionales de biodiesel procedentes de las plantas españolas representaron únicamente una cuota de mercado del 0,23% del conjunto del gasóleo de automoción consumido en España en 2006, que rebasó los 24 millones de toneladas equivalentes del petróleo, tep.
En España hay 12 plantas que producen biodiesel y decenas de ellas se encuentran en proyecto. Sin embargo, sólo 200 de las más de 8.500 gasolineras que funcionan en nuestro país, 125 de ellas en Cataluña, ofrecen biodiesel, mientras que en Alemania y Austria este producto se comercializa ya en 1.800 gasolineras.
El biodiesel se produce a partir de aceites vegetales, vírgenes y reciclados. El aceite vegetal virgen se extrae de la semilla cultivada dejando atrás la harina de semilla que puede usarse como forraje animal. El aceite es refinado antes de incorporarlo al proceso de producción. Aunque se pueden encontrar más de trescientos tipos de oleaginosas, las más comunes en la producción de este biocarburante son la colza, la planta con mayor rendimiento de aceite por hectárea, la soja, el girasol y la palma, aunque también se pueden utilizar aceites usados, como los de fritura, que es una materia prima muy barata y además permite reciclar lo que en otro caso serían residuos.
Precisamente, las materias primas más utilizadas en nuestro país para la fabricación de biodiesel son los aceites de fritura usados y el aceite de girasol. También se están realizando pruebas con aceite de colza y con Brassica carinata, conocida como la mostaza etíope.
Los productores de biocarburantes piden porcentajes de mezcla obligatorios para biodiésel y bioetanol por separado 9 de junio de 2007 Los productores de biocarburantes aplauden la inclusión en la Ley de Hidrocarburos de obligaciones mínimas de mezcla en los carburantes, pero piden que haya porcentajes separados para el biodiésel y el bioetanol para garantizar el desarrollo de ambos biocombustibles. Tras la aprobación en el Senado de una enmienda que introduce en la reforma de la Ley de Hidrocarburos diversos porcentajes de mezcla obligatorios de biocarburantes en la gasolina y el gasóleo convencional con los que alcanzar de forma paulatina el 5,83% en 2010, expertos reunidos en unas jornadas sobre energías renovables en Mieres (Asturias) reclamaron que este porcentaje deba ser alcanzado tanto con el biodiésel como el bioetanol. |
Decepción ante el acuerdo del G-8 sobre cambio climático Para la campaña ¿Quién debe a quién? (campaña por la abolición de la Deuda Exterena, en la que participa, entre otros, Ecologistas en Acción) "se ha tratado de una cumbre vacía de contenidos reales" y no ha servido "para hacer avanzar a la humanidad hacia la sostenibilidad y el final de la pobreza". |
viernes, 15 de junio de 2007
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