Miden por primera vez la circulación atlántica, clave del clima en Europa
La circulación meridional atlántica no tiene un nombre prometedor, pero ya ha sido protagonista de películas de Hollywwod como «El día de mañana» y ha figurado entre la masa de pruebas sobre el calentamiento global que presenta el ex vicepresidente americano Al Gore en el documental «Una verdad incómoda».
Ahora, un grupo de científicos británicos, con apoyo estadounidense, ha medido por primera vez las variaciones anuales de esta circulación de corrientes oceánicas atlánticas, fundamentales para el clima de Europa.
El estudio muestra que la circulación tiene «significativas» variaciones a lo largo de un año, aunque no puede probar que estas diferencias se deban al calentamiento global. «Sería prematuro decir eso, pero de todos modos hemos dado un paso esencial para comprender la circulación océanica», declaró a la BBC, Stuart Cunnigngham, científico del Centro Nacional de Oceonografía que co-dirigió el proyecto.
El Océano Atlántico transporta una cuarta parte del flujo cálido global hacia el norte y trae aguas tibias a Europa añadiendo entre 4 y 6 grados de temperatura. La corriente del Golfo es el componente más conocido de esta circulación meridional atlántica, que forma una gigantesca curva que une el golfo de México con Islandia.
Según algunos modelos computerizados de cambio climático, esta circulación podría disminuir o dejar de fluir por completo si la temperatura aumenta, escenario que la industria de Hollywood ha sabido aprovechar para plantear apocalipsis cinematográficos. El año pasado, el mismo equipo científico publicó datos que mostraban un descenso del 30% de la circulación en los últimos 50 años.
El problema de la investigación era que se basaba en cinco mediciones. «Eran estimaciones de un momento, por lo que dejaban un margen amplio a la interpretación de los datos», explicó Cunningham.
Los científicos lanzaron un segundo proyecto. Los primeros resultados de este segundo estudio muestran que, en el período de un año, la variación en las corrientes puede llegar a ser de un 8 por ciento. «Los modelos de calentamiento global que tenemos apuntan a que los cambios que hacemos los humanos a estas corrientes van a ser constantes, calentando la circulación en los próximos 50 años. Hay pruebas que sugieren que los períodos de transición de estos cambios pueden ser abruptos, con un descenso de un 50 por ciento en unos pocos años», dijo Cunningham.
¿Un fenómeno natural?
Estas medidas de largos períodos de tiempo son fundamentales porque darían una idea clara de si la circulación baja por factores humanos o por ciclos naturales. Los cinco valores documentados el año pasado se ajustan al grado de variabilidad hallado en esta nueva medición, por lo que es imposible deducir, de un análisis de los dos estudios, una tendencia a largo plazo. Los científicos están en condiciones de detectar cualquier cambio súbito, pero a menos que la diferencia sea pronunciada, las variaciones que se registren en un período de 10 años se clasificarán como fenómenos naturales.