| Tania Juanes / MADRID (17-11-2007)
La inminente salida a Bolsa de Iberdrola Renovables, la operación bursátil más voluminosa del año, va a dar más opciones a los inversores minoristas para entrar directamente en una industria de inmenso potencial de crecimiento. Se trata del negocio de las energías verdes, al que los expertos auguran un próspero futuro y que se ha convertido en la estrella emergente de la Bolsa. Hoy ya se puede invertir en este sector. Indirectamente, a través de la propia Iberdrola o de Acciona, o con empresas ya cotizadas, como Solaria, Fersa, Abengoa o, sobre todo, Gamesa. Pero Iberdrola Renovables supone jugar en otra división; será uno de los mayores y más líquidos valores del mercado español, amén de la primera empresa de renovables del mundo. Y sólo es el principio. Acciona, tras integrar los activos de renovables de Endesa, prevé sacar la empresa resultante al parqué. Más cerca parece estar una colocación similar por parte de EDP. Y Eolia, aunque de menor tamaño, también prevé dar el salto al mercado. Quizá por la coincidencia de operaciones o por el propio atractivo de estos activos, aunque estén en el grupo matriz, el sector vive días de vino y rosas en la Bolsa. Solaria sube el 97% desde la OPV y Fersa triplica en el año. Iberdrola acumula una revalorización anual del 40,7%; Acciona, del 58%, y Energies Nouvelles, filial de la francesa EDF, ha subido casi un 70% desde que salió a cotizar el pasado noviembre. La expectativa de colocación de las filiales pone precio a unos activos que, diluidos en una gran empresa, no se valoran igual por el mercado. Pero ¿a qué se debe el interés creciente por el sector? Los expertos consideran que existen cimientos sólidos, presentes y futuros, bajo esta moda de las energías renovables. 'Una verdad incontrovertible', titula su informe Credit Suisse, apuntando al documental sobre el cambio climático Una Verdad Incómoda, apadrinado por Al Gore, ex vicepresidente de EE UU. La independencia energética, los altos precios y la volatilidad de éstos en el mercado, además de la lucha contra el cambio climático, son factores que, según el banco, 'son argumentos que están aquí para quedarse y, si acaso, hacerse aún más persuasivos, con un fuerte impacto en la política económica'. Goldman prevé que la capacidad eólica instalada salte de los 74 gigavatios actuales a 702 en 2020. Un crecimiento anual del 17%. Y BBVA añade que la tecnología hace estas energías cada vez más eficientes. Con todo, la energía eólica o la solar aún no son competitivas por precio respecto a las energías convencionales -carbón, nuclear, gas e hidráulica-. Necesitan una regulación que las apoye. Pero, más que una incertidumbre, el apoyo administrativo es un activo. En España la regulación ha sido modificada este mismo año, y 'es un marco que da una total seguridad jurídica', según las palabras de Ignasi Nieto, secretario general de la Energía. Norbolsa señala que 'se abre otro periodo de estabilidad a la remuneración de la energía eólica hasta 2012, fecha en la que se revisará el marco'. De hecho, los riesgos que ve Merrill en Iberdrola Renovables se limitan a las condiciones regulatorias, el precio de las turbinas y la competencia por el desarrollo de proyectos. | Los factores a favor de este sector -el precio del petróleo y el cambio climático- no tienen visos de remitir
| | Aunque se han reducido las remuneraciones aseguradas -lo que resta tirón al pujante negocio de montar parques eólicos-, los márgenes aún son atractivos y dan estabilidad al sector. 'Busca acotar la rentabilidad de los proyectos a niveles razonables', indica Caja Madrid. En todo caso, las formas de invertir en energías limpias son diversas. Iberdrola Renovables es sólo un ejemplo. Goldman, por ejemplo, apuesta por jugar la carta de la energía eólica de otro modo: a través de las empresas que fabrican equipamiento como Gamesa o la danesa Vestas. Las empresas ligadas a la energía solar han vivido un auténtico boom en la Bolsa alemana, replicado en España a pequeña escala con Solaria. Otra vía son los biocombustibles, industria que depende, a su vez, de la agricultura. Un sector emergente, no obstante, siempre entraña un riesgo: convertirse en una burbuja especulativa. El sector cotiza más caro que el resto del mercado, y aunque su esquema de negocio ofrece ventajas, ya se han registrado fuertes varapalos. Alberto Alonso, socio director de AFP, destaca que el 95% de los activos de Iberdrola Renovables -7,34 gigavatios- son de energía eólica, 'la más eficiente de las renovables'. Valora también el papel de EE UU. Es la segunda empresa de eólica en este país, uno de los que tiene más potencial según los expertos, y dirige allí la mayoría de sus inversiones. Allí no existe una tarifa especial para la energía renovable, pero hay créditos fiscales que se pueden convertir en capital, y Credit Suisse espera que se aprueben medidas adicionales de apoyo. Isabel Mera, jefe de análisis de Norbolsa, añade que para su cartera de proyectos, 41 gigavatios, Renovables tiene acuerdos a largo plazo con proveedores de turbinas, especialmente Gamesa, para evitar el cuello de botella que temen algunos expertos del sector si la energía eólica conserva su atractivo. |