Visita del presidente brasileño
Da Silva viaja a EE.UU. para hablar no sólo de etanol
La cita es el sábado en Camp David, residencia campestre de los mandatarios norteamericanos. Expondrá los cuatro pilares de su nueva política exterior: destrabar la Ronda de Doha, crear un mercado mundial de biocombustibles, trabajar en la integración latinoamericana y adecuar a la ONU a la "geopolítica del siglo XXI". Bush tratará las "preocupaciones" de Brasil sobre temas agrícolas.
Por segunda vez en menos de un mes, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva se reunirá con su par norteamericano George W. Bush. La cita es el sábado, y esta vez tendrá lugar en Camp David, residencia campestre de los mandatarios norteamericanos.
Ahora, tres meses después de su reasunción, Lula inicia el sábado su segundo gobierno con una ambiciosa jugada en Camp David, donde expondrá los cuatro pilares de su nueva política exterior: destrabar la Ronda de Doha, crear un mercado mundial de biocombustibles, trabajar en la integración latinoamericana y adecuar a la ONU a la "geopolítica del siglo XXI", tema inmerso en la pretensión brasileña de tener una banca permanente en el Consejo de Seguridad. Según el canciller brasileño Celso Amorim, la agenda común "no tendrá temas tabú" y "no estará centrada en el etanol", tema que dominó el encuentro entre ambos en San Pablo, el 9 de este mes.
Camp David, donde ningún presidente latinoamericano fue recibido tras la visita del mexicano Carlos Salinas de Gortari, en 1991, será el escenario en el que Bush tratará las "preocupaciones" de Brasil sobre temas agrícolas. Su intención es no "etanolizar" su relación con Brasilia, dijo el responsable de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado, Thomas Shannon.
A pesar de que un senador republicano propuso eliminar el arancel a la importación de etanol, la iniciativa no tiene mucho futuro por la presión del lobby norteamericano del alcohol de maíz, que se opone, incluso, a cualquier sociedad con Brasil. Dominado por demócratas, el Congreso difundió su "nueva agenda de política comercial", una serie de condiciones para renovar el fast track. La capacidad de maniobra de Bush, por lo tanto, es corta. Su facultad de firmar acuerdos vence el viernes, cuando debe informar al Congreso sobre la firma de cualquier acuerdo.
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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