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jueves, marzo 23, 2006

Revitalizar las zonas rurales: el principio del fin de la pobreza
Un interesante artículo desde la FAO.

U
na imagen vale más que mil palabras –pensé– mientras buscaba las mil palabras que me concede esta tribuna para abordar asuntos tan complejos como la pobreza y el desarrollo rural.

Si pudiese fotografiar a ‘la pobreza’, la imagen que obtendría sería la de una familia de campesinos sin tierra. Son ellos, hombres y mujeres, los más pobres entre los pobres del mundo. Les siguen en esta triste clasificación aquellos que poseen parcelas tan pequeñas y exhaustas que no consiguen darles de comer. El valor de esta imagen reside en su claro mensaje: la tierra -o para ser más precisos, la falta de tierra- es una de las causas principales de hambre y pobreza en el mundo.

Cuesta creer que en el siglo XXI aún haya millones de hogares que viven en la miseria por falta de acceso al recurso productivo más básico, que es la tierra. Las razones de esta sinrazón tienen que ver con el valor que la tierra ha tenido a lo largo de los siglos.

La tierra es, ha sido y será un activo económico esencial en las sociedades rurales, pero su valor monetario no es el único ni el más importante para muchos millones de personas. Para los pueblos indígenas es la base de su identidad, es su casa y la de sus antepasados, su farmacia, su lugar de trabajo y de ocio. En la mayoría de las sociedades la tierra significa poder, estatus, pertenencia a una clase social. Y para muchas mujeres es la base de su autonomía.

La tierra significa, en definitiva, pertenencia a un lugar, a una cultura. Por eso, cuando hablamos de hombres y mujeres sin tierra, hablamos de personas sin pasado, sin presente y sin futuro.

Algunas de las reformas agrarias llevadas a cabo en los últimos años han intentado ofrecer soluciones a estos problemas, con mayor o menor éxito, pero estamos lejos de haber resuelto la cuestión agraria. Nuevos desafíos mundiales como la globalización del comercio, el éxodo masivo hacia las ciudades, la degradación del medio ambiente o los conflictos civiles (causados en muchos casos por la falta de acceso y control de los recursos naturales), demandan respuestas urgentes a nivel global.

Quedan apenas diez años para alcanzar la meta fijada por la comunidad internacional en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre en el mundo. Sólo un renovado compromiso mundial en favor del desarrollo de las zonas rurales pobres permitirá romper el círculo vicioso de pobreza y hambre en el que viven más de ochocientos cuarenta millones de personas en el mundo.

La FAO, con el apoyo del Gobierno de Brasil, ha decidido tomar el liderazgo en este proceso y celebrar una Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR), que se celebrará entre los días 7 y 10 de marzo en Porto Alegre, Brasil.

Los objetivos principales de esta Conferencia son: conocimiento, diálogo y acción. Se pretende por un lado, promover el intercambio de conocimiento, de experiencias, de logros obtenidos y de dificultades encontradas en los varios procesos de reforma agraria llevados a cabo en diversos países de todos los continentes. En definitiva, se trata de llenar de contenidos renovados conceptos ‘malditos’ como el de reforma agraria y poder reflexionar juntos sobre el futuro del desarrollo rural. Por otro lado, esta Conferencia busca resultados concretos que se materialicen en alianzas para la acción.

Una de las principales enseñanzas recogidas en la historia de las reformas agrarias en el mundo es que los procesos que no son participativos, que no escuchan la voz de todos los que tienen algo que decir en un asunto crucial como es el desarrollo territorial, terminan fallando. Por eso, la FAO ha querido que esta Conferencia estuviese abierta a la participación de todos. Desde hace meses está en marcha un amplio proceso consultivo entre asociados de gobierno y organizaciones de la sociedad civil para seleccionar los que serán los principales temas a ser debatidos en la Conferencia.

La
lista de asuntos a tratar es tan larga como sustanciosa: cómo combinar la justicia social con el desarrollo sostenible; cómo legislar las necesidades específicas de grupos nómadas y sedentarios; cuál es el papel del Estado y del mercado en los procesos de reforma agraria; la promoción de energías verdes como la bioenergía para revitalizar las economías rurales; cómo mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores temporeros o cómo reconocer el papel fundamental que juegan las mujeres en la agricultura y la conservación de los recursos naturales.

En Porto Alegre, la discusión se organizará en torno a grupos temáticos, a partir de documentos y estudios de caso. La Conferencia concluirá con una Declaración y un Plan de acción. Un Panel de Observadores Internacionales vigilará los avances en las normativas nacionales e internacionales en el cumplimiento de dicho Plan de Acción, mediante un sistema de indicadores y directrices de acción voluntaria.

La elección de Brasil como país anfitrión de esta Conferencia no es de ningún modo accidental. Hace exactamente 60 años, Josué de Castro, eminente científico y político brasileño, publicaba "La geografía del hambre", un tratado extraordinario sobre las causas del hambre en su país y en el mundo. Sus palabras, traducidas en más de 25 idiomas, son hoy más actuales que nunca: "En realidad, el subdesarrollo no es la ausencia de desarrollo sino la consecuencia de un modelo universal de desarrollo equivocado. El subdesarrollo es el producto de una mala utilización de los recursos naturales y humanos...Sólo a través de una estrategia global de desarrollo, capaz de movilizar a todos los factores de producción en favor de la colectividad podremos eliminar el subdesarrollo y el hambre de la faz de la tierra". A su memoria.  Publicado en La Razón, España

Este artículo de la FAO es muy importante y Chile necesita de la revitalización de las zonas rurales para su desarrollo y yo he propuesto que se dicte una política de estado para los biocombustibles renovables a partir de Raps .Es decir, una política en que se dicte una normativa de promoción general para los biocombustibles.

Saludos Rodrigo González Fernández, consultajuridica.blogspot.com

 

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