(Emitido a las 9.35)
EMILIANO COTELO:
Mire por favor a su alrededor y tome nota de la cantidad de artefactos que en este momento tiene a la vista y que dependen de la electricidad. Si está en su casa: la radio, el calefón, el televisor, la heladera... Si está en su oficina: la computadora, una cafetera, la luz de los pasillos...
Es que usted, como muchas personas en el mundo, tiene energía eléctrica. Sin embargo, hoy en el planeta, 2.000 millones de personas no acceden a la energía eléctrica.
Otra cifra un poco más cercana: sólo en América Latina 55 millones de personas carecen de acceso a los servicios básicos de electricidad. Estamos hablando de una situación muy seria que además tiene un impacto directo en la reproducción de la pobreza.
¿Cómo se soluciona este problema? La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) propone que sean las energías renovables las que vengan al rescate.
¿Por dónde pasa, concretamente, esta propuesta? El asunto estuvo discutiéndose esta semana en Montevideo en una reunión ministerial iberoamericana organizada por la ONUDI y por el Ministerio de Industria y Energía de nuestro país.
Vamos a conversar sobre las conclusiones con Víctor Hinojosa, director del Programa para América Latina y el Caribe de la ONUDI.
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Doctor Hinojosa, en primer lugar vamos a explicar qué es la ONUDI, cuáles son sus objetivos.
VÍCTOR HINOJOSA:
Le agradezco mucho la oportunidad de tener esta plataforma para hablar sobre la ONUDI. La ONUDI es una organización de Naciones Unidas especializada en desarrollo industrial y que el mes próximo cumple 40 años de existencia. Cuarenta años apoyando el desarrollo industrial en países en desarrollo. Básicamente la actividad de la ONUDI tiene que ver con toda la actividad económica, social y ambiental, dado que estamos en el paso intermedio, en transformación, entre la agricultura y el mercado.
EC - ¿Por qué la ONUDI incursiona en el combate a la pobreza?
VH - La incursión de la ONUDI en esta área no es una cuestión de moda, definitivamente el elemento central del desarrollo industrial es el elemento humano, no sólo la transformación. Si quiero jugar un poco con las palabras, es una transformación del ente social para mejor aprovechar las capacidades y los recursos naturales que existen.
¿Por qué la pobreza? Porque para nosotros como agencia especializada no habrá reducción de la pobreza en forma sostenible si no es a través de actividades productivas. Reducción de la pobreza significa la posibilidad de crear fuentes de trabajo, la posibilidad de mejorar el ingreso, la posibilidad de tener actividades de transformación en forma amigable con el ambiente. Todo esto tiene un aspecto que hoy es más que de actualidad, hay un reconocimiento y estamos en línea directa con la Declaración del Milenio, que apuntaba a reducir la pobreza. Es nuestra contribución.
EC - En esta Reunión Ministerial Iberoamericana que se celebró esta semana en Montevideo, que llevó como título Seguridad energética en América Latina: energía renovable como alternativa viable, el director general de la ONUDI hizo mucho énfasis en que el desarrollo de las energías renovables es vital para el combate de la pobreza. Entonces, ¿por qué las energías renovables como palanca en ese combate a la pobreza?
VH - Hemos orientado nuestras actividades en tres áreas temáticas. En este enfoque de desarrollo sostenido industrial luchando con aspectos de la pobreza las áreas temáticas definidas son: el ambiente y la energía energía en términos de eficiencia energética o energía renovable; facilitación del comercio; y reducción de la pobreza a través de actividades productivas concretas. Hay muchas instituciones, agencias, que se dedican a la disminución de los niveles de pobreza con aspectos sociales y/o culturales, nosotros nos enfocamos en los aspectos netamente productivos, como lo indica nuestro mandato.
EC - ¿Por qué la apuesta es a las energías renovables?
VH - Usted mencionó cifras sobre quién tiene acceso y quién no a la energía en América Latina. Nos damos cuenta de que hoy el desarrollo industrial ha ido, está yendo o tiene que ir hacia el campo, nuestra área de interés, en muchas regiones, en muchos países, es enfocar el aspecto del desarrollo rural sostenido. Que sea de género o no, que sea de industria, alimentos, textiles, cueros o una actividad netamente productiva en metalmecánica a través del apoyo a clusters. Porque el desarrollo industrial va en línea directa con las decisiones de los gobiernos de descentralizar, con la necesidad de crear fuentes de trabajo fuera de las ciudades tratando de evitar el éxodo.
EC - El éxodo del campo a la ciudad que muchas veces deriva en lo que aquí en Uruguay durante mucho tiempo llamamos cantegriles y últimamente llamamos asentamientos, es decir poblaciones irregulares, malas condiciones de vida y a partir de allí el riesgo de delincuencia, droga, todo tipo de patologías sociales.
VH - Agregaría ahí un tema que está de moda y que se vino discutiendo desde el lunes pasado en la reunión interparlamentaria cuyo tema fue la migración. Algunos de los principales problemas en el origen de la migración son la falta de alternativas productivas o falta de fuentes de trabajo y la insuficiencia en los salarios para tener una vida decorosa, honesta, digna.
EC - Dentro de ese plan, para favorecer la permanencia de poblaciones rurales en el campo, lo que requiere llevar adelante proyectos productivos en ese ámbito, ¿por qué, si se necesita energía, tiene que ser del tipo renovable?
VH - Su pregunta tiene varios ángulos, me gustaría tomar un aspecto muy pragmático: ¿qué está primero, el huevo o la gallina? ¿Esperamos que la electrificación llegue a la zona rural y luego comenzamos a apoyar aspectos productivos y optimización de recursos locales? ¿O tratamos de proponer una alternativa que al final de cuentas no es más que una opción que no se ha estado aprovechando? El sol sale todos los días, el aire está, América Latina está rodeada de agua, la cuestión geotérmica. En esta semana con la participación de nuestro director general y autoridades de alto nivel pudimos organizar este programa juntando esfuerzos y mandatos del gobierno de Uruguay, que gentilmente nos recibió y nos apoyó, de la Secretaría Iberoamericana y de la ONUDI. Son tres mandatos que tienen un punto de convergencia: nos están permitiendo hoy día, a través de las decisiones que se alcanzaron en esta reunión, continuar y llevar adelante acciones concretas. Nuestro punto de interés no es la energía misma sino la eficiencia energética o energías renovables. La seguridad energética para nosotros tiene que verse en una definición mucho más amplia que sólo el acceso a la electricidad, tiene que verse como oportunidad y viabilidad y como opción única para muchas poblaciones que están aisladas en los países latinoamericanos.
EC - Las energías renovables permitirían generación local, sin esperar que llegue el tendido de grandes redes. ¿Por eso se apuesta a la energía renovable?
VH - La apuesta es a un complemento. Paulatinamente la situación actual de los precios del petróleo no está dando la oportunidad de ir avanzando en la puesta en marcha, en la implementación de actividades para desarrollar estas iniciativas en diversas áreas según los países.
EC - ¿De qué hablamos cuando hablamos de energías renovables? Algunos ejemplos.
VH - En regiones aisladas estamos intentando la transformación de cereales a través de captores solares o molinos de viento, tratando de complementar acciones específicas. La experiencia de Brasil con el etanol es sumamente importante, la presencia del director general de Petrobras y del ministro de Industria de Brasil ha sido un impulso y un apoyo tremendo en el sentido de que ellos mismos están llevando adelante este tipo de experiencias.
EC - En el caso del etanol la energía renovable es en sí misma generadora de puestos de trabajo, porque se necesitan determinados cultivos que a su vez van a extender la agricultura y van a dar empleo en zonas rurales. En ese ejemplo se junta todo, no sólo se produce energía alternativa sino que además para producirla se necesita trabajo en cantidades importantes.
VH - Definitivamente. Estamos viendo el desarrollo industrial en términos de la cadena de valor, tenemos que ir optimizando lo que se está haciendo en la producción de ciertos granos, la forma como se está procesando y la forma como se puede comercializar. La intervención de la ONUDI tiene que ver con cómo podemos dar ese valor agregado poniendo en práctica los estándares que se requieren hoy en el mercado internacional para poder optimizar. Estamos apoyando la energía renovable en términos de vector, no porque seamos una agencia especializada en apoyar energías renovables. Estamos llevando a cabo una coordinación con la Agencia Internacional de Energía Atómica, con la Agencia Internacional de Energía, que está en París, con la OLADE, con agencias regionales o nacionales, para llevar a cabo lo que finalmente se acordó ayer en la reunión ministerial, que es la posibilidad de establecer un observatorio.
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EC - La ONUDI apuesta a las energías renovables como palanca para el desarrollo productivo, por ejemplo en zonas rurales, que a su vez permita combatir la pobreza. Cuando hablamos de energías renovables hablamos de la energía eólica, de la energía generada a partir de la biomasa, de la energía solar; hablamos también de combustibles de origen vegetal como el etanol brasileño. Pero más allá de este ejemplo brasileño que va viento en popa, ¿cómo está el continente en esta materia?
VH - Se están haciendo muchos esfuerzos, hay muchas iniciativas. En general todavía estamos lejos de poder decir que está consolidado a nivel global. Se han hecho avances en ciertas áreas, Brasil es un ejemplo de éxito con el etanol.
EC - Brasil ha reducido su dependencia del petróleo de una manera drástica, era 46% dependiente en el 97 y ahora es 13% dependiente. El 44% del parque automotor en 2004 utilizaba como combustible el etanol, si excluimos los vehículos diesel. Brasil ha liderado en esto. ¿Qué pasa en otros lugares?
VH - En México hay un alto grado de electrificación, más de 90%, sin embargo se están haciendo muchas de esas experiencias muy exitosas en el área eólica que estamos tratando de vincular con actividades de cooperación sur-sur, hemos tenido discusiones con la delegación de México que participó en este evento. Las tecnologías requieren ser adaptadas a las condiciones del país, en muchos casos no se justifica la compra de ciertos equipos que son demasiado pesados, grandes, entonces hay que impulsar el desarrollo local y por lo tanto tenemos que apoyar el área tecnológica. El equipo que se está usando en México está situado en una zona donde los vientos tienen tanta fuerza que equipos convencionales no funcionarían, se quemarían. Esa prueba podría ser aplicable en otras zonas, por ejemplo en el Caribe, que es zona de huracanes.
Estamos trabajando activamente en programas de captación solar para enfriamiento de agua o para aire acondicionado en el Caribe, donde dramáticamente, salvo algunas islas, Trinidad y Tobago, que poseen petróleo, los países pagan una factura petrolera muy alta que se lleva los ingresos por el turismo.
Tenemos actividades muy importantes en el área hidroeléctrica en América Central. Nuestra idea es apoyar las minieléctricas, hemos traído a nuestro foro de esta semana experiencias de la India y de China. Los chinos decían ayer en su exposición que no se puede justificar la creación de ninguna minihidroeléctrica si no se asegura que se puede fabricar localmente. El observatorio que estamos comenzando a diseñar
EC - ¿Qué es un observatorio regional sobre energías renovables?
VH - Para nosotros es el primer pilar para generar y distribuir conocimiento. Es muy importante intercambiar experiencias lo que está haciendo Brasil, lo que está haciendo México, lo que está haciendo Venezuela, lo que están haciendo las diferentes regiones para iniciar acciones específicas en el área de la formación, en el área de la trasmisión del conocimiento, de tecnología, en el área del marco regulatorio, que es muy importante. Algunos interlocutores dicen hace falta un marco regulatorio que dé incentivos; puede ser, pero es mucho más, todavía no hay una regulación específica para energías renovables, todos los países están trabajando en eso. Es un trabajo seguramente de larga envergadura y que requiere la intervención de diferentes instituciones vinculadas.
EC - ¿Cómo entra en ese debate y en el trabajo del observatorio la discusión a propósito de los subsidios? Muchas veces se sostiene que estas energías aún no son viables desde el punto de vista económico-empresarial. ¿De qué manera van a trabajar ese aspecto?
VH - Vemos la cuestión del subsidio como una potestad de cada país, nosotros no tenemos nada que ver con esta cuestión. En Europa hay una política de subsidios que ha venido apoyando, y hay muchos inversionistas europeos que están invirtiendo en esa área. Desgraciadamente en América Latina el marco regulatorio aún requiere bastantes ajustes. Es una competencia que se tiene que discutir al interior de cada país y en cada órgano competente.
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EC - ¿Cómo sigue el trabajo ahora? ¿Qué es lo próximo?
VH - Estaremos terminando una propuesta para el observatorio en los próximos meses, a fin de año debemos haber presentado a los países latinoamericanos participantes la propuesta y la definición de una estrategia de movilización de fondos, de forma de poder ponerlo en marcha a fines del primer trimestre o del primer cuatrimestre del año próximo.
Quiero agradecer al gobierno de Uruguay, a la Secretaría iberoamericana y en general al pueblo uruguayo por la gran acogida que nos han dado y de la que hemos sido objeto.
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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn